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Proyecto

Casa Roble

Este proyecto nace con el propósito de ser un lugar donde ayudar a las personas de cualquier condición social a sanar sus heridas emocionales y psicológicas, permitiéndoles regenerarse, recomponerse y reinventarse, dotándoles de herramientas para el presente y el futuro.

Casa Roble consta de tres fases:

Fase 1

Queremos comprar un terreno para la rehabilitación o construcción de un edificio que se convertirá en nuestro centro de trabajo, junto con varios alojamientos para las personas que nos visiten y acojamos, en un entorno de naturaleza. Tu apoyo económico es fundamental en esta fase del proyecto. Gracias por colaborar con nosotros, juntos lo haremos posible.

Estamos muy agradecidos por la bondad y generosidad recibidas en este tiempo, las cuales nos han ayudado a recaudar una parte de lo necesario para toda esta labor de construcción. Gracias a las aportaciones generosas de todos los que han donado y nos acompañan en este proyecto, nuestro objetivo se mantiene vivo y cercano.



Fase 2

Realizaremos cursos, talleres y retiros en nuestro centro, que incluirá alojamientos. Nuestra oferta será amplia: Talleres para padres y educadores, Cursos para Jóvenes, Cursos de Arte Marcial y Espada, Yoga y Retiros breves para sanar o reconectar con uno mismo.



Fase 3

Ofreceremos atención de larga estancia en nuestra casa de acogida, un refugio donde retirarte un tiempo hasta mejorar las dificultades materiales, físicas, emocionales o psicológicas que te han llevado allí.

"En Casa Roble sanamos las heridas para volver a levantarnos."

En la Fundación Viguelut ofrecemos acompañamiento, guía y formación a las personas para que aprendan a decidir por sí mismas, aceptarse, respetarse, reconocerse y transformarse en seres que viven en paz y armonía con ellos mismos y con su entorno, convirtiéndose en seres independientes.

En Fundación Viguelut sabemos de la importancia e influencia benéfica que ejerce el grupo hacia el individuo, y que esa influencia es esencial para su correcto desarrollo. El grupo es como un espejo para el individuo, lo confronta y complementa. Por eso es indispensable que tanto el grupo como el individuo compartan un código que les guíe e impulse hacia algo más allá de sí mismos.